Aveces me pregunto por qué me tengo tanto odio, por qué me cuesta tanto convivir conmigo, vivo constantemente juzgando todo lo que hago y haciendo todo lo que puedo para cambiar quién soy. Vivo sintiendo que no soy yo quien maneja lo que soy y busco siempre la forma de encontrar reemplazar a ese alguien imaginario como si fueramos dos dentro de mi cuerpo peleeando por el control de mi vida. Aveces siento que me patean desde dentro que me pinchan las costillas, siento ganas de llorar por el miedo que me crece cada vez que tengo ganas de salir de esa sona de confort, siento mi vida en una jaula, atrapada y asustada y lo que más odio es que si le habres la rendija se quedará ahí diciendoce así misma que aún está cerrada, se convencera de eso para no salir.